El Norte de Castilla y otros periódicos han relatado en sus
páginas algunos de estos fenómenos no explicados que tuvieron lugar en la
comunidad
Hablar de casos ovni es muy complicado desde el prisma de un
medio de comunicación serio. El trabajo de estos se basa en las pruebas físicas
y las declaraciones de los testigos y, ambos escasean en cuanto los textos
tratan sobre estos fenómenos no explicados en los que la acusación de locura,
invención o fábula están en la punta de la lengua de los que los leen.
Pero, restando hierro al asunto, no tiene por qué tratarse
de extraterrestres que vienen a visitar a los incautos humanos, ni de enviados
celestiales. Un ovni no es más que un Objeto Volante no Identificado por el que
lo observa. Puede ser de origen militar, un fenómeno de la naturaleza, un
ingenio aeronáutico o globos aerostáticos o de observación atmosférica que
pueden dar lugar a error. Más allá de los avistamientos de este tipo que se
pueden explicar, hay un grupúsculo de ellos cuya procedencia se desconoce, y en
Castilla y León existen diversos casos así.
Junto al que tal vez sea el más famoso, ocurrido el 16 de
septiembre de 1965 cuando sobre la provincia de Valladolid y durante el espacio
de cuatro horas pudo observarse un objeto descrito como «un platillo volante
del tamaño de un teléfono de mesa y de color blanco brillante», algunos otros
casos salpican las páginas de El Norte de Castilla y de algunos otros diarios
de los últimos años.
En unos de los episodios del vídeo-programa Radamantis,
creado por El Norte, se relata un encuentro ocurrido en Matapozuelos en 1974.
En él, varios niños de 12 años de edad aseguraron haber avistado unas luces
rojas que en torno a las once de la noche sobrevolaban el cielo del pueblo a
baja altura. Uno de los pequeños, identificado como Fidel, encontró tras un
muro, donde se reflejaban esas luces, un platillo volante de unos diez metros
de diámetro y tras él -agárrense los machos- tres siluetas revestidas de un
color blanquecino. Según este testigo, se inició entre él y los tres seres «una
conversación por medio de la telepatía», en la que Fidel les preguntó sobre su
procedencia y ellos le comunicaron algo que sonaba como «sim o simi».
En noviembre del año 2000 se celebró en Tordesillas un
congreso sobre ufología organizado por Nacho Ares y en el que participó, entre
otros, el especialista Iker Jiménez. A pie de página, junto a la información
que se centraba principalmente en el caso de 1965, aparecen las declaraciones
del poeta Alan Pipo que aseguraba rotundamente: «Yo vi un extraterrestre con
antenas en 1975». En el pequeño texto que acompañaba a este titular tan
llamativo, la periodista Elena García de Castro relata que el extraordinario
encuentro tuvo lugar en el mes de mayo, junto al pueblo de Renedo. Pipo relata
lo que se encontró: «era un personaje de 1,85 o 1,90 de altura, voluminoso, de
un tono gris plomizo. Anduvo unos metros sin posar los pies en el suelo y
desapareció».
En 1976, concretamente el 3 de septiembre, el 'Diario de
Castilla' en su edición de Segovia relataba el avistamiento de un Objeto
Volador no Identificado por parte de cuatro jóvenes universitarios en la
carretera que une Segovia capital y Madrona, cerca de este último pueblo. El
fenómeno fue observado días después por algunos habitantes más del pueblo y
según Amelia Ayuso, una de sus observadoras, se trataba de «un globo desinflado
de color anaranjado y con una luz opaca que no hacía ningún daño ni despedía
ningún reflectante. No puedo decirte su perfil. Era indefinido. Tendría menos
de un metro (…). En un momento determinado, el objeto describió un ángulo recto
y descendió hasta nuestro Seat 600 de manera vertiginosa».
http://www.elnortedecastilla.es/
http://www.elnortedecastilla.es/
No hay comentarios. :
Publicar un comentario