Estos extraordinarios acontecimientos le acaecieron, en 1967,
a oficiales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos del Comando Aéreo Estratégico
de Misiles y al personal de tropa; misileros asignados para operar, mantener y
proteger el misil balístico intercontinental Minuteman, una parte esencial de
la Guerra Fría, y de la disuasión nuclear estratégica estadounidense.
ECHO-FLIGHT
Equipos de mantenimiento de misiles y de seguridad estaban
acampando, durante la noche, en dos de las instalaciones de lanzamiento (EPA), después de haber
realizado, el día anterior, sus correspondientes trabajos.
Durante las primeras horas de la mañana, se había registrado más de un reporte de avistamientos de ovnis por parte de las patrullas de seguridad y de los equipos de mantenimiento. Un ovni avistado fue reportado, directamente, encima de uno de los E-Flight
(LF) o silos. Ese avistamiento provocó que uno de los policías de seguridad quedara
tan afectado, que nunca quiso regresar al
servicio de seguridad de misiles.
Alrededor de las 8:30 am, Figel, el Comandante Adjunto
(DMCCC), fue informar a Carlson, el comandante del personal (MCCC), sobre el
estado de los misiles, cuando una alarma se activó. Uno de los misiles Minuteman, que
supervisaban, había dejado de funcionar- en uno de los dos sitios donde los
equipos de mantenimiento habían estado acampando-. Creyendo que el personal de
mantenimiento no había podido notificarle, acerca de los trabajos de mantenimiento realizados sobre un misil, como es requerido por el protocolo de
procedimiento. Figel
llamó inmediatamente el sitio de misiles.
Cuando Figel habló con el guardia de seguridad, informó que todavía no habían realizado ningún tipo de mantenimiento en ese lugar. Mientras le informaron que un ovni había estado sobrevolando ese sitio. Figel recuerda haber pensado que el guardia había estado bebiendo o algo parecido. Sin embargo, otros misiles comenzaron a apagarse en una rápida sucesión! En cuestión de segundos, todo el grupo de diez misiles ICBM habían sido desactivados!. Todos los misiles se encontraban en condición "no-go" ( fuera de servicio para ser lanzados ). Cada misil se había convertido en inoperable. Cuando se completó la lista de verificación sobre cada uno de los misiles, se descubrió que todos ellos habían sido puestos, fuera de servicio, debido a un error en el sistema de Orientación y Control (G & C). Los misiles simplemente no estaban en funcionamiento, ya que, por alguna razón inexplicable, cada uno de sus sistemas de guía y control estaban funcionado mal.
Dos Alerta de Seguridad de Equipos (SAT, "equipos de
ataque") fueron enviados desde Echo a esos sitios donde estaban los equipos de
mantenimiento. Figel no les informó, a esos equipos de
intervención, que uno de los guardias, había reportado la presencia de ovnis. Cuando llegaron a la LF de, el SAT informó a que los ovnis habían sido vistos, volando
sobre cada uno de los sitios, reportados por el personal de mantenimiento y de
seguridad presente en el lugar.
Más tarde, el personal del Capitán Don Crawford relevó a la
tripulación de Echo Flight esa mañana. Crawford recuerda que tanto Carlson y
Figel estaban visiblemente afectados por lo que había ocurrido.
Crawford recordó
que, durante su turno, los equipos de mantenimiento trabajaron todo el día y hasta
altas horas de la noche, sobre los misiles, para ponerlos nuevamente, en estado operativo. Recordando que, luego del incidente, los misiles se habían quedado fuera de servicio durante un día
entero!.
Debido a este incidente único, un ex personal de la base lo
describe así: "se desató el infierno!" Entre las muchas llamadas
desde y hacia el E-Flight LCC, comparable, e igulamente dramático, con lo ocurrido, esa misma mañana, en otro LCC, el MCCC de Oscar-Flight.
OSCAR-FLIGHT
El Oscar Flight LCC se encuentra una o dos millas al sur de
la ciudad de Roy, a unos 20 kilómetros al sureste de la LCC Echo-Flight.
El siguiente incidente es contado por Robert Salas quien fue
el DMCCC en O-Flight de esa mañana:
Recuerdo que estaba de servicio bajo tierra en la LCC, como
comandante adjunto de misiles, durante las horas de la mañana del 16 de marzo
1967.
Capitán Roberto Salas |
Era uno de esos guardias los que primero vieron lo que al
principio parecía ser una estrella que comienza a zigzaguear a través del
cielo. Cuando vió otra luz hacer lo mismo, y esta vez era más grande y estaba
más cerca. Fue entonces donde pidió a su jefe inmediato (FSC, el Suboficial
(NCO) a cargo de la seguridad del sitio Centro de Launch Control), para venir y
echar un vistazo. Ambos se quedaron viendo a las luces directamente, volando,
sobre ellos, mientras se detenían, cambiaban de dirección a alta velocidad y
volvían a ponerse en encima de ellos. El suboficial fue al edificio y me llamó
por teléfono a mi estación subterránea. Y me informó que habían estado viendo
luces haciendo maniobras extrañas sobre la instalación, y que no eran aviones.
Yo le respondí: "Bién, que la siga observando y que me haga saber si hay
más por ahí.".
Yo no pude tomar en serio su reporte y le dije que me
informe si algo más importante sucediera. En ese momento, yo creía que la llamada
era una broma. Sin embargo, ese tipo de comportamiento era definitivamente
fuera de lugar por parte del personal de
seguridad aeronáutica ,cuyas
comunicaciones con nosotros eran, por lo general, muy profesional.
Unos minutos más tarde, la seguridad del NCO llamó de nuevo.
Esta vez estaba claramente asustados y estaban gritando:
"Señor, hay
uno que asoma fuera de la puerta principal!"
"Una
qué?"
"Un OVNI!
Está allí sentado. Estamos todos con sólo mirarlo. ¿Qué quieres que
hagamos?"
"¿Qué? ¿Qué
aspecto tiene?"
"Realmente no
puedo describirlo. Es de color rojo brillante. ¿Qué se supone que debemos
hacer?"
"Asegúrese de
que el sitio esté seguro, que iré a llamar, por teléfono, al puesto de
mando."
"Señor, no puedo
ir ahora, uno de los chicos acaba de ser heridos."
Después de informar de este incidente al Puesto de Mando,
llamé por teléfono a mi guardia de seguridad. El cual reportó que un hombre se
había acercado al ovni y que estaba herido, pero no de gravedad, y que ya había sido
evacuado ,en helicóptero ,hacia la base. Una vez dentro del bunker, hablé
directamente con el guardia de seguridad acerca de los ovnis. Agregó que el ovni tenía un resplandor rojo y parecía tener la forma de platillo. Repitió que
había estado, flotando en silencio, cerca de la puerta principal.
Enviamos a una patrulla para corroborar lo
dicho, y reportaron el avistamiento de otro ovni durante esa patrulla. También
perdieron el contacto radial, con nuestro sitio, inmediatamente después de
informar sobre el ovni.
Cuando fuimos relevados, por nuestro equipo de reemplazo, aquella
mañana. Los misiles, todavía, no habían sido
revisados, in situ, por los equipos de mantenimiento.
Tal como en ECHO-FLIGHT, los ovnis habían sido vistos y apagado
a los misiles.
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