El OVNI que recorrió la provincia de Gipuzkoa
Era jueves, 11 de julio de 1985. La jornada terminaba en la
redacción de El Diario Vasco aquella noche de verano cuando un lector llamaba
para alertar de que algo extraño pasaba sobre el cielo de Gipuzkoa.
"Aunque lo parezca, no le estoy tomando el pelo, tome nota: estoy viendo
un OVNI encima mío, sobre una gasolinera cerrada que se encuentra en la
carretera de Urnieta (...) No llamo ni siquiera con intención de que lo
publique, simplemente quiero señalarle que, aunque parezca mentira, veo una luz
como un flash de una cámara de fotos, parte de un objeto esférico situado sobre
el Adarra. El objeto se desplaza a intervalos, primero muy lento y luego
rápido, a mucha más velocidad de lo que suele hacerlo un avión o un
helicóptero".
Eran las 22.30 y la rotativa obviamente no se paró, pero
llegaron más llamadas durante la noche, incluso a la una de la madrugada el
periódico recogía el testimonio de agentes de la Policía Municipal de Legazpi:
"un objeto muy luminoso que aparentemente cambia de forma y oscila sobre
sí mismo". Así que en esa misma edición de El Diario Vasco se daba cuenta de
lo que contaban estos testigos, información que se ampliaría al día siguiente
con más detalle.
La noche fue inolvidable para muchos guipuzcoanos, más allá
de que fuera cierta la teoría de los extraterrestres. En una época sin
internet, la radio se convirtió en protagonista a la hora de amplificar la
repercusión del fenómeno, gracias a llamadas de varios oyentes que daban cuenta
de que algo raro había en el cielo.
Tras recibir las primeras llamadas se daba aviso a la central de la DYA, desde donde se replicaba a sus unidades móviles. Así, a las doce de la noche una ambulancia se comunicaba por radio con la central para alertar de que la noche no iba a ser tan tranquila como esperaban: "aquí la unidad móvil de Antzuola, estamos perplejos, teníais razón, hay aquí una cosa rara en el cielo, una luz que se hace grande por momentos para volverse luego pequeña, ¿qué hacemos?".
Desde San Sebastián el coordinador de la DYA, Txema,
respondía: "seguid a esa luz hasta donde os lleve". La ambulancia
comenzaba la persecución a la que se añadirían más personas durante aquella
noche de verano. Sus ocupantes -Arantzi, Errarte y Pello- subieron el puerto de
Deskarga sin ver rastro de aquella luz. Sin embargo cuando bajaban hacia
Urretxu la vieron de nuevo. "Era como una bola, un círculo que crecía y
bajaba, palpitaba, incluso cambiaba de forma. En un momento dado, se alejó a
velocidad vertiginosa", declararon a este periódico.
"Estábamos un tanto asustados, o nerviosos, no sé,
nunca habíamos visto algo parecido, y de golpe, tan claro, frente a
nosotros". En el cruce de Legazpi con Zumarraga volverían a ver aquél
extraño objeto. Allí se uniría a la persecución otra ambulancia, en este caso
de Cruz Roja.
La comitiva llegaría hasta el centro de Legazpi, desde cuya
plaza se pudo observar con claridad al objeto no identificado. Los vecinos
salieron a verlo junto a su ayuntamiento. Allí agentes de la policía municipal
y de la Ertzaintza deliberaban sobre qué hacer. A alguien se le ocurrió
encender las luces de emergencia de los vehículos, "para ver si les
atraíamos".
"La comitiva, ahora ya una procesión, al unirse
vehículos particulares llegados desde Urretxu y hasta desde San Sebastián"
se encaminó después hacia el pantano de Barrendiola, en Brinkola. Una radio
local seguía el fenómeno a través de las llamadas de sus oyentes, reflejando
'avistamientos' desde varios puntos de Gipuzkoa. Sin duda hoy en día habría dado
mucho juego en las redes sociales y en el programa de Iker Jiménez.
Sin explicación oficial
Pero, ¿qué fue lo que vieron cientos de guipuzcoanos sobre
nuestros cielos hace 30 años? La información de aquel día en ya
daba cuenta de la teoría de un experto en astronomía desplazado a Barrendiola
quien aseguraba que aquella luz simplemente era el planeta Júpiter. Aquella
teoría no convenció a algunos testigos, como los tripulantes de la ambulancia
de la DYA: "era algo tripulado o por lo menos extraño a lo que conocemos
en la Tierra; no pudimos confundirlo con una estrella porque el cielo se
encontraba despejado y comparando con el resto de astros que se encontraban a
su alrededor no había ninguna semejanza. Hay otro hecho fundamental, aquello se
movía con rapidez, mientras lo perseguimos cambió de posición en breves
instantes, a velocidades no reproducibles por ningún aparato celeste. Lo que
vimos no tiene ninguna explicación. Y que nadie piense que estamos locos, hay
cientos de personas en la provincia que lo pueden testificar". "Yo no
creía en los OVNIs, me reía cuando oía algo de eso, pero ahora que nadie me
diga que no existen".
Lo cierto es que ningún organismo oficial pudo confirmar la
existencia de aquel OVNI. Fernando Segura, autor de aquella información, se
puso en contacto con los observatorios del monte Igeldo y Arantzazu, con los
aeropuertos de San Sebastián y Sondika. Desde ninguno de ellos se detectó
anomalía alguna sobre el cielo guipuzcoano aquella noche. Incluso se contactó
con el centro de observación de Paracuellos del Jarama, en Madrid, "la
principal base de seguimiento por rádar de España" que indicó que no había
habido ningún fenómeno extraño.
Lo único cierto es que cientos de personas estuvieron
aquella noche pendientes de una luz en el cielo. Nadie pudo asegurar que fuera
una nave, sin embargo es largo el historial de supuestos 'avistamientos' que
una vez analizados científicamente se quedaron en nada.
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