¿Estamos enviando los mensajes adecuados a los
extraterrestres?
Tras décadas enviando sonidos e imágenes al espacio todavía
no hemos obtenido respuesta. ¿Estamos haciendo algo mal?
La artista Carrie Paterson lleva mucho tiempo soñando con
mandar mensajes más allá de nuestro planeta y su idea es darle a estos una
nueva dimensión: la del olor.
Si les hiciésemos llegar fórmulas de distintos componentes
químicos aromáticos, dice Paterson, los extraterrestres podrían reconstruir
ciertos elementos que les permitirían definir la vida en la Tierra: el olor de
las heces o de la sangre de animales, esencias de flores o frutas, o el olor de
De esta manera, la vida inteligente en otros planetas que
tenga la capacidad de ver o escuchar como nosotros podría explorar el género
humano a través de sus olores, uno de los más primitivos y ubicuos de todos los
sentidos.
La idea de Paterson es la última de una serie de intentos de
hallar vida inteligente fuera de nuestro Sistema Solar.
Nuestros sonidos e imágenes pueden ser totalmente
incomprensibles para una forma de vida no humana.
Hace cuarenta años, el radiotelescopio Arecibo en Puerto
Rico envió un mensaje al espacio, y desde la invención de la televisión y la
radio, se podría decir que esta clase de envíos al espacio ha sido constante.
Sin embargo, en años recientes astrónomos, artistas,
lingüistas y antropólogos se han ido poniendo de acuerdo en que crear mensajes
comprensibles para alienígenas es más complicado de lo que parecía.
Hace pocos días, Paterson y otros especialistas en el tema
se reunieron en una conferencia sobre comunicación en el Cosmos, organizada por
el SETI, el programa de búsqueda de vida inteligente más allá de la Tierra.
¿Error de traducción?
Siempre hemos querido enviar mensajes sobre la humanidad más
allá de nuestro planeta.
Según Albert Harrison, psicólogo espacial, los primeros
intentos serios para contactar con vida fuera de la Tierra ocurrieron hace dos
siglos.
En el siglo XIX el matemático Carl Gauss propuso cortar
árboles en hileras en un bosque y rellenar el espacio con trigo, cuenta
Harrison en uno de sus libros.
"El contraste entre los colores formaría un triángulo
gigante y tres cuadrados conocido como la figura de Pitágoras, que podría ser
vista desde la Luna o Marte", asegura Harrison.
Este mensaje fue llevado a las estrellas por la nave
Pioneer.
Pero fue en el siglo XX cuando la humanidad empezó a
transmitir concienzudamente al espacio.
El mensaje enviado por el telescopio Arecibo, que estaba
formado por 1.679 bits digitales, nos parecería simpático hoy, y se vería como
una versión vieja de un videojuego.
Y aun así es posible que este tipo de mensajes resulten ser
incomprensibles para los alienígenas.
Tecnología anticuada
Extraterrestres que los puedan reproducir a 16 y 2/3
revoluciones por minuto oirán saludos en 55 idiomas.
¿Pero cuánta gente en la Tierra tiene hoy día reproductores
de discos?
¿Qué pasaría si los alienígenas con los que nos intentamos
comunicar fuesen muy distintos a nosotros, tanto física como mentalmente?
Supongamos que un humano que pueda hablar en alienígena
quiere explicar a alguien que no es de nuestro planeta el concepto de la
reproducción sexual: ¿tendría alguna posibilidad de ser comprendido?, se
preguntan los expertos.
Aparentemente, compartir un mismo contexto es esencial para
la comprensión.
BBC
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