El escalofriante caso Kelly
Kelly, un diminuto poblado cinco millas al norte de
Hopkinsville, se hizo famoso por la supuesta invasión extraterrestre sucedida
el 21 de agosto de 1955. Si Lonnie Lankford hubiese tenido un poco más de edad,
tal vez su madre no le hubiese ocultado bajo la cama aquella noche cuando pensó
haber visto un alienígena afuera de la ventana de su recámara.
Era la noche del 21 de agosto de 1955 y Glennie Lankford
intentaba proteger a los niños en la humilde granja situada en el Old Madison
Road de Kelly. Así que Lonnie, que contaba con 12 años en aquel momento, fue
ocultado bajo el colchón con su hermano Charlton de 10 años y su hermana Mary,
de 5.
Nunca llegó a ver a las criaturillas que tanto espanto
causaron a su madre e hicieron que su hermanastro Elmer "Lucky"
Sutton, fuese corriendo a buscar su escopeta. Pero Lonnie Lankford oyó muchos
hablares, tanto esa noche y en las noches y días posteriores. Tiene muy claro
qué fue lo que sucedió – y lo que no sucedió – aquella noche hace 50 años.
Su madre vio un ser del espacio afuera de su ventana. No fue
un gato ni un mono ni tampoco un pájaro. Había más de ellos en el patio y sobre
el techo. Los seres eran plateados y no verdes. Eran diminutos, unos 90 cm de alto, y tenían manos y pies palmípedos, así como grandes ojos redondos.
Se abrió fuego contra las criaturas, pero en ningún momento
hubo un tiroteo que durase horas y horas. Lo más importante – declara Lonnie –
es que nadie estaba bebiendo en la casa aquella noche. Se prohibía el ingreso
de cerveza, licor o aguardiente en aquel lugar. Ese era el mandamiento de
Glennie Lankford.
"Recuerdo el disturbio y el griterío", dice
Lonnie, de 62 años de edad. "No los ví, aunque mi madre sí los vio, y le
creo a ella porque era una mujer religiosa que no mentiría jamás".
Hoy el mundo recuerda el suceso de Kelly como la historia de
los Hombrecitos Verdes, o de los Hombrecitos Verdes de Kelly. En los días
posteriores al primer informe presentado por la familia, publicado el 22 de
agosto de 1955 en el Kentucky New Era, el mundo se abrió camino hasta Kelly,
una pequeña comunidad al norte de Hopkinsville.
El periódico New York Daily News informó en primera plana:
"Hombres del Espacio Se Apoderan de Kentucky" ("Spacemen Take
Kentucky" ).
Alguien – tal vez un escritor de titulares – no pudo
resistir el juego de palabras con Kelly y con el color "kelly green"
[tonalidad verde muy viva – N. del T.] y los hombrecitos cambiaron de color
plateado a verde. Un periodista francés, Yann Mege, quien se desplazó a
Hopkinsville en 2000 para investigar el caso, supone que la frase
"hombrecitos verdes" tuvo su origen en el caso Kelly.
La familia, avergonzada por informes que sugerían embriaguez
o sencillamente el ánimo de hacer una broma, rechazó la atención de los medios
y echaron a los reporteros. Mientras que el mundo se mofaba, la familia se
convirtió en blanco de insultos.
El incidente de Kelly se convirtió en una leyenda que creció
con el paso del tiempo. Sigue siendo un clásico en el recopilatorio "Libro
Azul" de la USAF, un catálogo de más de 12.000 avistamientos OVNI en USA
entre 1952 y 1969.
Muchas familias, como la de Lonnie Lankford, vivían en
granjas pequeñas y de manera humilde. En casa de los Lankford no había
fontanería. En el patio había una letrina y el agua se traía desde un pozo en
los predios.
Billy Ray Taylor, un visitante de Pennsylvania y amigo de
"Lucky" Sutton, se dirigía a la letrina cuando vio una luz surcar los
cielos, dijo Lonnie, quien relató la historia el viernes en su casa cerca de la
carretera 68 al borde citadino de Hopkinsville. Taylor afirmó haber visto una
nave espacial aterrizando en un campo, pero no se lo dijo a nadie cuando
regresó al hogar. Fue entonces que la madre de Lonnie gritó: Había visto una
criatura del espacio a través de la ventana de su habitación. "Lucky"
salió corriendo a buscar su escopeta y le disparó a la criatura, que se retiró
a pesar de no encontrarse herida.
Saliendo al porche de la casa, "Lucky" sintió que
algo le tiraba del cabello – una de las criaturas lo había agarrado desde el
techo, dijo Lonnie. Fue entonces que "Lucky" retrocedió al patio y
vio cuatro o cinco alienígenas en el techo. Disparó contra ellos varias veces.
Las criaturas se retiraron sin haber sido heridas.
Posteriormente, según la
narrativa familiar, todos en la casa, incluyendo Glennie, los tres chicos,
"Lucky" y su hermano J. C. Sutton, y Billy Ray, se montaron en un par
de vehículos y salieron hacia Hopkinsville.
Solicitaron la ayuda del jefe de policía Russel Greenwell
cuando llegaron a la jefatura de Hopkinsville. Agentes de la policía, policías
estatales de Kentucky y soldados destacados en el Fuerte Campbell acudieron a
la vivienda de los Lankford aquella noche y buscaron una nave espacial con
extraterrestres. No hallaron nada, según lo indica el informe del "Libro
Azul" de la fuerza aérea.
Con los años, Lonnie ha escuchado las hipótesis de que sus
parientes vieron unos monos que se habían escapado del circo Shrine, y se burla
de la teoría. "Jamás he visto un mono plateado, ni tampoco uno
verde", dijo.
Lonnie admite que su hermano mayor, "Lucky" tenía
fama de cuentista y de bebedor. Pero aquella noche, "Lucky" estaba
sobrio y no se inventó un relato sobre criaturas espaciales.
"Era uno de los mentirosos más grandes de Hopkinsville,
pero no mintió sobre eso", dijo Lonnie. Hasta el día de hoy, Lonnie se
arrepiente de haberse metido debajo de la cama después del grito de su madre.
"Me gustaría haber visto uno de ellos, pero no lo hice y no voy a mentir
sobre ello", manifestó.
Resulta difícil adivinar, dice Lonnie, cuántos se han
lucrado del relato de los hombrecitos verdes de Kelly desde aquella noche en
1955. Parece que todos – menos sus parientes – le sacaron partido al asunto.
"Aquí me tienen, arruinado y pobre, y no le he sacado
ni un centavo", dice Lonnie, minusválido después de años de trabajos
manuales. Ha ejercido tantos oficios – techador, despachador de gasolina,
camionero, aserrador – que resulta difícil mencionarlos todos. Pero Lonnie
conserva su sentido del humor sobre el momento de fama que tuvo su familia.
Hace tres años, se presentó a un baile de Halloween en el club Elk de
Hopkinsville vestido de extraterrestre. Casi nadie conocía la historia detrás
de la careta y la capa que llevaba puesta esa noche.